Discurso de Santiago Tettamanzi :
COMPAÑEROS VETERANOS, COMPATRIOTAS
En este nuevo aniversario de recordación a los Camaradas Caídos en la Gesta de Malvinas, entendemos que el mejor homenaje que les podemos ofrecer es el de clarificar con toda su fuerza algunos aspectos de la situación actual de la invasión armada que sufre nuestra Patria en una parte de su espacio terrestre, marítimo y aéreo; que es también espacio de esa Patria Grande Latinoamericana soñada por nuestros mayores. Territorio regado con la sangre de ellos, nuestros Héroes de Malvinas.
Para comprender con mayor profundidad esto, que hace tanto al hoy, como al reciente ayer bélico que nos tocó vivir, permítaseme puntualizar tres elementos introductorios, tomados de los muchísimos antecedentes de esta historia de usurpación que lleva, entre otras, la lacra infame del “crimen colonial”, como lo ha definido la Organización de las Naciones Unidas.
Un primer elemento surge del proyecto del ”Western Desing”, algo así como Proyecto Occidental, o Plan de conquista de Occidente, iniciado por el Lord Protector Oliver Cromwell, en 1655, con la ocupación de la isla de Jamaica como ariete. para extender el poderío de Inglaterra a todos los continentes, tomando como base el Océano Atlántico, y que, como dice Torre Revelo , “seguía la trayectoria de una consigna que se transmitía de generación en generación”.
José Speroni en su obra “ la Dimensión de una agresión”, afirma que “esto plasmó y materializó el alto grado de interés estratégico, político y económico que representaba la América del Sur para Inglaterra”.
Un segundo elemento, ya del siglo XX, y ya cumplido el centenario de la usurpación de Malvinas de 1833, se origina de una nota confidencial fechada en 1936, de Anthony Eden, quien fuera luego Primer Ministro de Inglaterra y que por entonces era funcionario del Foreing Office.
La nota estaba dirigida a su Embajador en Buenos Aires, y en una parte, refiriéndose a los más de 100 años de la ocupación británica de Malvinas, le decía que “cada año que pasa fortalecen el caso del Gobierno de Su Majestad”.
En otro de sus párrafos le advierte a su Embajador que admitir el título legal de Argentina sobre las islas “sería un muy alto precio que pagar”. Y que “costaría al Gobierno de Su Majestad no menos que toda su posición estratégica en el Atlántico Sur” .
Mas adelante continúa diciendo: “mientras tanto el Gobierno de Su Majestad permanece en posesión efectiva (de las islas), y el Gobierno Argentino no tiene medios para echarlo”.
Y cierra su nota manifestándole a su Embajador que “Todo lo que pueden hacer entonces (los argentinos) es seguir creando incidentes menores, contra los que se puede protestar como y cuando fuera necesario, pero de otro modo no parece haber nada que impida la indefinida ocupación británica de las Islas”.
Alguien podría decir que todo esto es viejo, que pertenece a otra etapa de las relaciones internacionales, que el mundo ahora es otro, que la decadencia del imperio, y tantas otras endebles justificaciones descalificadoras, y desmalvinizadoras.
Por ello el tercer elemento que tengo el atrevimiento de comentar es una declaración reciente, más específicamente de hace apenas unos 35 días, con motivo del re equipamiento en Portsmouth del buque HMS York , que viene para el patrullaje del Atlántico Sur, incluyendo Malvinas y Georgias.
Su Comandante, Simon Stanley, ha manifestado: “ La York está siendo fuertemente preparada para este desplazamiento al Atlántico Sur, una región de alto perfil político e interés militar conjunto, donde la Royal Navy ha tenido una continua y significativa influencia sobre las últimas tres décadas”.
Con estas pequeñas referencias introductorias trataremos de comprender entonces los cuatro frentes que hoy nos tiene planteado el invasor de nuestros archipiélagos del Atlántico Sur.
Primer frente: los Tratados de Madrid y Londres de 1989 y 1990
Muchas son las claudicaciones que se inician con este denominado “paraguas de soberanía”, y en mérito al tiempo de exposición nos remitimos a la brillante obra “Los Tratados de Paz por la Guerra de Malvinas” del estimado Doctor Julio Gonzalez.
Solo diremos que según la letra de Octubre de 1989, Argentina ha firmado un documento que la relaciona en un acuerdo sobre una pretendida, -y leo textualmente-, “posición de soberanía del Reino Unido de las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes; algo inaudito, pues la única posición que le cabe al Reino Unido en estas latitudes con respecto a los archipiélagos argentinos es la de invasor de territorio extranjero por uso reiterado de la fuerza.(1833 y 1982).
Cabe recordar que hace un tiempo atrás, el firmante británico de dichos tratados, el Sr. Tickell, le manifestó al firmante argentino, el Sr. García del Solar, que esos Acuerdos no eran acotados en el tiempo para una situación coyuntural, sino que lo eran para toda la relación británico-argentina.
Reiteradamente varias instituciones y personas hemos requerido la denuncia de estos Tratados, como así también la anulación de una de sus consecuencias, la llamada Ley de Garantía a las Inversiones Británicas. Aún esperamos.
Segundo frente: la pretendida autodeterminación de los habitantes de las Islas.
El Reino Unido ha recurrido a esta falacia, al ver ya caídos todos sus argumentos jurídicos, tal como lo reiteró ante las Naciones Unidas, por nota de Abril de 1982.
Con una mal llamada “Constitución”, que no es mas que un triste reglamento colonial impuesto por Orden Real de Su Majestad, el Reino Unido intenta tapar ante el mundo el quebrantamiento territorial de la República Argentina, con un pretendido “pseudo -gobierno” de los habitantes de las Islas, quienes solo son implantados custodios de la usurpación, que no cumplen con los postulados de Naciones Unidas, al no ser un “pueblo”, no estar “sojuzgados”, y al existir una ruptura territorial de un legítimo Estado americano.
Tercer frente: la Unión Europea.
Bajo el disfraz de relaciones económicas, nuestros archipiélagos usurpados y el pretendido territorio antártico británico, están siendo considerados dentro de una Asociación de Territorios de Ultramar de la Unión Europea, donde según reglamentación del Consejo Europeo, de Noviembre 2001, nuestro País sería con respecto a ellos un “Tercer País” o “País Vecino”.
Cabe advertir que ciertos países del Africa, del Pacífico y del Caribe, una parte de ellos miembros de la Comunidad Británica de Naciones, consienten, mediante tratado, esta patraña.
Cumplimos en recordar que este año 2011 el Consejo Europeo debe renovar la citada Reglamentación. No escuchamos nada referido a la acción argentina al respecto.
Cuarto frente: la Plataforma Continental Argentina.
El Reino Unido, invocando una calidad de “estado ribereño” que no le compete, en esta parte del Atlántico Suroccidental, se ha presentado ante la Convención del Mar de Naciones Unidas tratando de consumar su pretensión sobre la Plataforma Continental Argentina donde se hallan asentados nuestros archipiélagos.
Con ello trata de fortalecer su planeado robo de las riquezas de hidrocarburos que son de soberanía argentina, así como las futuras explotaciones de los riquísimos nódulos polimetálicos de sumo interés estratégico.
Bien, para ir cerrando, permítaseme traer a la memoria las palabras expresadas el 3 de abril de 1982, ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por el Ministro de Relaciones Exteriores de la hermana República de Panamá, en ese momento único miembro latinoamericano de ese Consejo.
Decía así el Sr. Illueca en algunos párrafos de su intervención:
“Hoy hablo en nombre de mi país y de todos los países latinoamericanos que han expresado a través de la historia su apoyo sólido y solidario a la hermana nación argentina”
(…)” Y cuando digo países, estoy hablando de pueblos, de los valores permanentes de estos pueblos, que van más allá de la presencia transitoria de los gobiernos, y que están por encima de las ideologías, porque son sentimientos que se llevan muy hondo en la mente y el corazón”.
“Cuando los países latinoamericanos celebramos el sesquicentenario de la batalla de Ayacucho, se reafirmó esa voluntad de ser libres, de ejercer nuestro derecho a estructurar nuestro destino, y allí se reafirmó también de que terminaran las presencias coloniales en América Latina; presencias anacrónicas y absurdas.”
“¿Cómo puede el Consejo pedir el retiro de las fuerzas argentinas de las Islas Malvinas, si ese es su propio territorio?”.
Así, pues, Compatriotas, Camaradas Veteranos, todo lo aquí escuetamente reseñado nos habla del valor inconmensurable que guardan estos 649 nombres tallados en este Cenotafio, Cuadros Militares, Soldados Conscriptos, Fuerzas de Fronteras, y Civiles Voluntarios, insertos para siempre en esta, nuestra Causa de Malvinas con más de 500 años de historia. 649 Caídos en una de las más justas y nobles de las luchas: por el suelo patrio, contra el crimen colonial, contra el flagelo mundial de los imperios, y por el suelo Latinoamericano.