A TREINTA AÑOS DE LA RECUPERACIÓN DE LAS ISLAS, LOS CIVILES DEL CENTRO «OPERATIVO MALVINAS» DICEN SU VERDAD
Índice de contenidos
I – Quienes somos
II – La causa Malvinas
I – Quienes somos
Los Veteranos de Guerra de Malvinas de extracción Civil conformamos 13 grupos según las distintas especialidades de servicio:
(Por orden de alfabético):
- Capellanes
- Estibadores
- Marinos Mercantes
- Médicos e Instrumentadoras quirúrgicas
- Observadores aéreos (R.O.A.)
- Operarios de las Islas Georgias
- Periodistas
- Personal Civil de las Fuerzas Armadas
- Pilotos Civiles
- Radioteledifusión
- Radiotelefónicos
- Tele-postales
- Viales
Índice de contenidos
I – Quienes somos
II – La causa Malvinas
Su procedencia es mayoritaria de las por entonces reparticiones y empresas estatales, aunque también hay de empresas nacionales privadas, y de origen personal. La gran mayoría fue por presentación voluntaria.
También conformaba personal con origen de nacimiento extranjero (europeo, africano, y suramericano).
Según las especialidades, la dependencia operativa durante la guerra correspondió a cada una de las Fuerzas Armadas.
Las bajas de los Civiles en combate por acción del sistema de armas del enemigo fueron de 18 Caídos (15 transporte “Isla de los Estados – 1 pesquero “Narwal” – 2 crucero “General Belgrano”).
La nómina de los mismos forma parte de los 649 Héroes de la Patria consignados por Ley de la Nación n° 24.950.
Al respecto, cabe mencionar que las bajas civiles dentro del total de 649 es la siguiente:
-Cuadros militares (Oficiales, Sub Oficiales, Marinería): | 334 |
-Soldados Conscriptos: | 288 |
-Fuerzas de Seguridad: | 9 |
-Civiles: | 18 |
En el caso del combate a una unidad, -el transporte “Isla de los Estados”-, de sus 17 tripulantes mercantes cayeron 16, (solo 1 sobreviviente civil, -y 1 militar-) una pérdida de vidas prácticamente total.
Es precisamente también esta unidad un caso emblemático de unión de todos los sectores que combatían por la defensa del ejercicio pleno de la soberanía nacional, ya que en su ataque caen juntos miembros de la Armada, del Ejército, de la Fuerza Aérea, de las Fuerzas de Seguridad (PNA), y de la Marina Mercante.
También durante la guerra hubo en los civiles voluntarios 12 heridos de diverso grado por acción de combate del sistema de armas del enemigo.
Los Caídos recibieron Pos-Mortem la condecoración de “La Nación Argentina al Muerto en Combate” .
Los heridos recibieron las condecoraciones “La Nación Argentina al Herido en Combate”, “Heridos en Combate”, y “Reconocimiento al Mérito”.
Asimismo, por determinadas acciones durante las operaciones, se recibieron condecoraciones “Al Esfuerzo y Abnegación”.
Los tripulantes mercantes sobrevivientes del ataque al pesquero “Narwal”, fueron llevados al Portaaviones HMS “Invincible”. Allí se procedió a sepultar en el mar, en tradicional ceremonia bajo pabellón argentino, al Contramaestre que había caído en el ataque víctima de una bomba. Los tripulantes del “Narwal” fueron los únicos prisioneros argentinos a bordo del portaaviones enemigo.
También, las propias unidades materiales donde se prestaron los servicios recibieron las condecoraciones “Honor al Esfuerzo y Abnegación en Combate”, y “Operaciones en Combate”.
En el grupo Marinos Mercantes, por acción de combate del sistema de armas del enemigo en aguas de las Islas Malvinas se perdieron las unidades:
- Transporte ARA “Isla de los Estados”
- Transporte ARA “Bahía Buen Suceso”
- B/M “Río Carcarañá” (ELMA)
- Pesquero “Narwal”
- B/M “Yehuin” (Por captura del enemigo)
Transporte ARA
Bahía del Buen Suseso
Transporte ARA
Isla de los Estados
Buque Mercante
Río Carcarañá
Buque Mercante
Yehuin
Pesquero
Narwal
Transporte ARA “Bahía Buen Suceso”
Transporte ARA “Isla de los Estados”
B/M “Río Carcarañá” (ELMA)
B/M “Yehuin” (Por captura del enemigo)
Pesquero “Narwal”
La acción de los marinos mercante incluyó la navegación por campos marítimos minados, tal el área de los campos Tommy I y II, en las aguas orientales de la Isla Soledad, combinándose inclusive con involuntarios ataques del sistema de armas propio, como lo fue el ataque aéreo propio del 1° de mayo al buque mercante de ELMA “Formosa”, cuando saliendo éste de Puerto Argentino por entre el campo minado, recibe fuego aéreo de bombas y cañón, dado su proximidad a la avanzada de 3 buques de la Task Force británica posicionados a 7 millas en operación de cañoneo naval sobre objetivos terrestres argentinos.
Cabe aquí hacer un paréntesis, con un comentario especial para el grupo Marinos Mercantes, por las características especiales del servicio marítimo en tiempos de guerra por la acción de combate del sistema de armas del enemigo. Si bien los ataques arriba mencionadas lo fueron por unidades de superficie y aéreas, un elemento de gran peso estratégico y psicológico es el submarino.
Un testimonio de la acción submarina enemiga bajo aguas del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur y sus rutas logísticas costeras está documentada en el siguiente segundo párrafo del comunicado recibido por el Comandante del Submarino HMS Conqueror, proveniente de su Superior: “From: The Flag Officer Submarines (Vice Admiral PGM Herbert, OBS) To: HMS Conqueror. 2.- I was also gratly impressed by your determination throughout the Patrol, and in particular your penetration of the Gulfo San Matias”. (2.- Yo estuve también gratamente impresionado por su determinación durante la Patrulla, y en particular su entrada al Golfo de San Matías.)
Todos los que participaron en las operaciones fueron acreedores a la medalla nacional “El Honorable Congreso de la Nación a los Combatientes 2-4-82 “, y a las medallas otorgadas por cada una de las Fuerzas Armadas de las que dependieron. Y de las Provincias que instituyeron reconocimientos, como también de Municipios, Centros, Federaciones, ONGs., e institutos de enseñanza.
En el caso de 2 miembros de los grupos Telepostales y Periodistas, recibieron distinciones de grado de Comendador otorgadas por el Ejército Argentino.
Se recibieron reconocimientos internacionales, a nivel personal e institucional, como el caso de los Telepostales en ocasión del Congreso Mundial de Kyoto (Japón) de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) de 1983, (115 países), por “la actuación de los civiles en Malvinas y servicios brindados por encima de las obligaciones y normas internacionales en zona de guerra”.
Son también numerosas las constancias de reconocimiento en documentos escritos y discursos oficiales, provenientes de las respectivas Fuerzas Armadas con las que se operó.
A título de ejemplo de ello, citamos:
-Referido al grupo Viales (adscriptos a la Cia. Ingenieros de Combate 601 del EA):
“Informe Oficial del Ejército Argentino: Este Personal compartió todas las vicisitudes del Personal Militar. Sufrió los efectos del clima, la alimentación carenciada y los permanentes bombardeos navales y terrestres. Ante estos ataques tuvieron que pasar muchas noches en los pozos de zorro, pero igual cumplieron sin desmayos con su misión. Estos hombres constituyeron un destacado ejemplo de valor cívico, abnegación y dedicación en el desempeño de su tarea profesional. Estos méritos lo hacen acreedores al reconocimiento de la ciudadanía. El Ejército Argentino al recordar esta gesta, desea expresar su gratitud”.
– Referido al grupo Marinos Mercantes:
– Director General del Personal Naval ARA.: “En el aspecto que hace a la valoración de la participación de los civiles de la Marina Mercante en el Conflicto Bélico del Atlántico Sur, les hago llegar el total apoyo de la Armada, que a lo largo de estos catorce años siempre ha mantenido una actitud de reconocimiento por considerar que aportaron, como muchos otros, su cuota de nobleza, valor y patriotismo.” (Nota 5-2-1997).
– Secretario General Naval ARA: “…El llamado de la Patria nos encontró a todos los marinos sin distinciones, firmes sobre las cubiertas de nuestros buques, como en el pasado. Los Marinos Mercantes que tripularon sus unidades, no fueron movilizados, no hizo falta, todos fueron voluntarios, ya que, en libertad de desembarcar, en uso de merecidas licencias por el tiempo que llevaban en el mar, respondieron al clarín de la Patria sin vacilaciones, listos para luchar sin desmayos por la dignidad de nuestra nación, ya que el momento así lo requería…”. (Discurso acto oficial ARA, Edificio Libertad, 9-5-2008) (Texto íntegro en www.civilesvgopmalvinas.org.ar).
La normativa internacional para la intervención de personal civil con las fuerzas militares en acciones bélicas, el régimen de prisioneros, etc., está interpretada en las Convenciones de Ginebra de 1949, algunas Convenciones sobre Guerra Marítima anteriores a la II Guerra Mundial, el Reglamento de la Cruz Roja. Y se basan principalmente en la acción activa, mientras dure su acción beligerante, que lo hace pasible del ataque deliberado del enemigo, a diferencia de la actitud pasiva que es la caracterización de las poblaciones civiles no intervinientes.
El primer Veterano de Guerra que tomó la terrible decisión del suicidio, fue un Civil, Marino Mercante (ex –tripulante del sector Máquinas del B/M “Río Carcarañá”) que se quitó la vida a escasos tres meses de haber regresado de Malvinas.
Posterior a la guerra, los Veteranos de extracción civil se nuclearon en dos Centros principales:
El Centro de Civiles Veteranos de Guerra “Operativo Malvinas”, y la Asociación Veteranos de Guerra “Escuadrón Fénix”, esta última nucleando a los participantes de la aviación civil, remontándose la creación del Escuadrón a la época de la situación derivada de litigio limítrofe con la hermana república de Chile en la década de 1970.
La primera de ella, con el aditamento de “Gaucho Rivero” en su nombre, inició sus actividades en 1985 en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires, en cuyo Registro inscribió la personería. Con posterioridad en el tiempo, en 1998, se constituyen en una nueva institución a nivel nacional con inscripción en la Inspección General de Justicia como Asociación Civil, con solo el primer aditamento identificativo de “Operativo Malvinas”.
Al respecto de esa identificación cabe ilustrar que su origen se remonta a mucho tiempo antes de la guerra de Malvinas de 1982, ya que el 3 de Enero de 1974 se creó un movimiento popular nacional que se denominó “A las Islas. Operativo Malvinas”, con el lema “Hay una tierra gaucha prisionera: se llama Malvinas. Liberémosla”. La misma seguía a la promulgación de la Ley 20.561 del 30-11-1973, sobre la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Malvinas, Islas y sector Antártico. El 29-3-1974 en Mendoza, el “Operativo Malvinas”, en una misa de campaña se invocó a Nuestra Señora del Carmen de Cuyo; dicha invocación, recordando el triunfo de Belgrano en Tucumán, y la campaña libertadora de los Andes de San Martín, en una de sus partes decía: “escucha, oh divina Señora del Carmen de Cuyo, el ruego que te hacen los componentes del Operativo Malvinas, bajo la misma advocación y en el mismo lugar histórico, y concede el éxito final a la cruzada que ha emprendido para recuperar cuanto antes aquél territorio argentino todavía en manos de una potencia extranjera”.
Así, los Veteranos del Centro de Civiles Veteranos de Guerra “Operativo Malvinas” hemos tratado de cumplir con honor en 1982 aquella plegaria, y hoy el Operativo Malvinas, con el aval de la sangre derramada en la lucha, es una requisitoria de, y un compromiso insoslayable para con, la Patria.
En el año 2005, el Centro tuvo al aire, junto con las instituciones patrióticas Cultura y Política, y Revista Cuadernos, un programa radial denominado “Malvinizar”, que se emitió por AM 890 Radio Soberanía. En 2011 colaboró con el programa radial “Malvinas, Turba y Arena” del director de cine Sandro Rojas, y la productora Graciela Belatti.
Actualmente, el Centro está representado por su Presidente en el Instituto Académico de las Islas Malvinas.
El Centro de Civiles Veteranos de Guerra “Operativo Malvinas”, con el esfuerzo personal y pecuniario propio, y con el aporte y ayuda de los gremios del quehacer laboral marítimo y otras instituciones patrióticas, construyó un monumento recordatorio de homenaje a los Héroes de Malvinas, consistente en un Cenotafio con los 649 nombres grabados en placas de granito, con los mástiles y banderas de todas las Provincias y Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la bandera de la Marina Mercante Argentina, y el pabellón nacional, y un centro con las islas en chapa relieve. El mismo se erigió en la Ciudad de Mar del Plata, en la plaza “Pesquero Narwal” del parque ubicado en las calles Aguado y Tripulantes del Fournier, zona portuaria de Peralta Ramos. Allí, siempre flamean las banderas al tope de los mástiles, y todos los años en un acto cívico-militar el Centro rinde homenaje a sus Camaradas Caídos.
Algunas obras específicas sobre los civiles contienen diversas vivencias y testimonios, con documentos y fotografías. Citamos:
“Civiles por Malvinas”, de Jorge Muñoz, (Edit. Cruz del Sur, Bs.As., 1984)
“Misión Cumplida – Epopeya de los buques mercantes en la Guerra de Malvinas”, de Jorge Muñoz (Edit. Epopeya, 1°edic. Bs.As, 2000 – 2°edic., BsAs., 2009).
“Una Gaviota en Malvinas”, de Lucio Eduardo Mansini (Edit.Halcon Cielo, Bs.As., 1994)
“Protagonistas mudos”, de Daniel Spataro (Edit.El Escriba, Bs.As., 2011)
Obra inédita: “Rumbo 105, Malvinas”, de Argentino Mercante. (Bs.As., 1999)
También en las obras generales, pueden encontrarse diversas referencias al accionar de los civiles, a modo de ejemplo: “Compilación Malvinas”, de Joaquín A. Boccazzi (Edic.Graficas Sur, Bs.As., 2004).
II – La Causa de Malvinas, La Causa Justa, la Guerra Justa.
La Causa de Malvinas tiene ya más de 500 años de historia jurídica.
Desde fines del siglo XV, con las bulas papales, y con el avance del Derecho de Gentes, pasando por las etapas del Descubrimiento, de la posesión española, de la posesión argentina, de la usurpación de 1833, de los reclamos bilaterales, de los organismos internacionales, de la Gesta de 1982, de los acuerdos de Madrid y Londres, hasta nuestros días. (ver gráfico con línea de tiempo en www.civilesvgopmalvinas.org.ar)
Los hechos acaecidos en una de esas etapas, la de la Gesta de 1982, merecen un especial comentario.
Los supremos intereses de la Patria, la existencia de la Nación misma como contenedor de todas las corrientes, miradas, ideologías, de todo el arco del pensamiento interior del País, exige una subordinación de estos niveles al estadio general superior.
En el caso de Malvinas ello quedó demostrado por el pueblo ante la recuperación del 2 de abril de 1982, quedando muy en claro en todas las declaraciones, tanto de los principales referentes, como de la ciudadanía, en donde radicaba el apoyo a la necesaria medida tomada ese día.
Nos remitimos como fuente documental a las publicaciones periodísticas de la época, inclusive a los pronunciamientos de muchas personas que se hallaban exiliados en el exterior.
A modo de ejemplo representativo, transcribimos las palabras de un dirigente político del pensamiento llamado de izquierda, quien manifestaba:
Afirmamos que el acto del 2 de abril es nacionalmente justo y anticolonialista. Lo es a pesar del juicio que se tenga sobre su actual gobierno (y nosotros no ocultamos ni disfrazamos nuestra posición política). Pero la causa es justa. Y si Gran Bretaña por su pérdida nos hiciera la guerra, esa guerra para los argentinos, será una guerra justa”…”La Argentina recuperó el 2 de abril los tres grupos de Islas (Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur) con una oportuna e impostergable operación militar”. “Tarde o temprano la Argentina debía recuperar las Malvinas y ello solo se podía lograr por la fuerza. El único reproche que se puede formular es no haberlo hecho antes”. “Las críticas que en el exterior se formulan, con fundamento, contra el Gobierno argentino no deben conducir al simbolismo de subestimar, ignorar e incluso censurar el hecho del 2 de abril. Por el contrario, su verdadera comprensión sería favorable al desarrollo de la acción anticolonialista iniciada” (Ernesto Giu dice “Malvinas: Argentina enfrenta al Colonialismo”, Abril 1982)
En esa misma línea de expresión, se dirigía a la comunidad internacional uno de los líderes latinoamericanos de más predicamento, el por entonces Presidente de Cuba Fidel Castro. Sus palabras fueron volcadas en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por el Sr. Roa Courí, representante de su País. Trascribimos lo dicho el 22 de Mayo de 1982, en dicho Consejo:
“ Hace poco más de una semana, el Presidente Fidel Castro dirigía un mensaje urgente a los Jefes de Estado de los Países No Alineados, diciendo ‘ Existe la posibilidad real que en las próximas horas el gobierno de Gran Bretaña, con el apoyo y la cooperación de los Estados Unidos, lance sus fuerzas aéreas y marítimas en nuevos actos de agresión de gran envergadura contra la Argentina, estando próxima a alcanzar su etapa más dolorosa y criminal una guerra colonial, que por su carácter y evolución, las potencias imperialistas tratan de convertir en una lección para todos los países del Tercer Mundo que, no importa cuál sea su régimen político social, defiendan su soberanía e integridad territorial’.
Y más adelante continuaba el Sr. Roa Couri:
“Cuba repudia esa agresión intolerable y reitera su solidaridad con el pueblo argentino, que combate en defensa de su soberanía. Esta es la hora de la solidaridad latinoamericana. La Causa de Malvinas es la causa del pueblo argentino, y por lo tanto, la causa de la América Latina y el Caribe. Es necesario detener la agresión e imponer el derecho. Todos los pueblos del mundo tienen el deber de apoyar a la Argentina en su combate por la soberanía, contra la guerra colonial que pretende imponerle quienes en las últimas centurias mordieron ya el polvo de la derrota en repetidos intentos de hollar la patria de San Martín”.
(Documento UN S/PV.2362)
El actual presidente de la República Bolivariana de Venezuela, el Comandante Hugo Chávez Frías, declaraba sobre el tema de Malvinas:
“Hace poco fuimos a la Argentina invitados por un grupo de militares argentinos. Allí estuvimos tratando de rescatar, al menos en el discurso que dimos, el símbolo anti imperialista de la Guerra de Malvinas, en ese sentido de enfrentarse al imperio, a los dos imperios más grandes del mundo. Ese es un gesto que se puede reivindicar como anti imperialista, independientemente del Gobierno que lo ordenó. A pesar de que los militares estaban gobernando con una guerra sucia, hay que rescatarlo como un hecho continental, universal; una guerra del Tercer Mundo contra el Primero. Entonces sí, para que un movimiento sea revolucionario, tiene que ser transformador, tiene que golpear a los poderosos…” (Entrevista de la revista “Cuadernos, para el encuentro en una nueva huella argentina” n° 4, Bs.As, Junio 2000, pág. 50).
Una figura emblemática de una gran corriente de pensamiento latinoamericano, sostenía su posición en relación a las situaciones del colonialismo imperial que se daba en nuestro continente.
Se trata de Ernesto “Che” Guevara, quien en el denominado discurso de Argel del 24 de Febrero de 1965 decía en algunos de sus párrafos:
“Nuestros pueblos, por ejemplo, sufren la presión angustiosa de bases extranjeras emplazadas en su territorio…”
“Es la hora de sacudirnos el yugo”…”Y obligar a los imperialistas a abandonar sus bases de agresión”
“Nos une una aspiración común, la derrota del imperialismo”.
“La lucha contra el imperialismo por librarse de las trabas coloniales o neocoloniales se lleva a efecto por medio de las armas políticas, de las armas de fuego, o por combinaciones de ambas”.
“No hay fronteras en esta lucha a muerte, no podemos permanecer indiferentes frente a lo que ocurre en cualquier parte del mundo, una victoria de cualquier país frente al imperialismo es una victoria nuestra, así como la derrota de una nación cualquiera es una derrota para todos”.
“La lucha contra el colonialismo ha alcanzado sus etapas finales, pero, en la era actual, el estatus colonial no es sino una consecuencia de la dominación imperialista”.
“El neocolonialismo se desarrolló primero en Sudamérica, en todo un continente”.
“El neocolonialismo ha mostrado sus garras”…”ha debido recurrir a su arma extrema, la fuerza como argumento”…”lo que engendra reacciones opuestas de gran intensidad”.
Recordamos también una de sus citas: “Toda nuestra acción tiene que ser un grito de guerra contra el imperialismo”.
La gran mayoría de los países Latinoamericanos hicieron oír en el recinto de las Naciones Unidas su voz de apoyo a la decisión de la República Argentina. Una completa lectura pormenorizada puede hacerse de los documentos del organismo, y para ello nos remitimos a la obra en 5 tomos “Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur” – Diplomacia Argentina en Naciones Unidas 1945-1981 y Diplomacia del Grupo Latinoamericano en Naciones Unidas 1982-1985 – Editada por el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales conjuntamente con el H. Congreso de la Nación.
A título de ejemplo, transcribimos una parte de uno de los documentos, y seleccionamos al azar la República de Panamá, quien precisamente el 2 de Enero de 1982 era el único miembro Latinoamericano del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas:
Decía así, en algunos de sus párrafos, el representante de Panamá, señor Illueca, el 3 de Abril de 1982, en dicho Consejo:
“Hoy hablo en nombre de mi país y de todos los países latinoamericanos que han expresado a través de la historia su apoyo sólido y solidario a la hermana nación argentina.
En la doctrina de Bolívar, la doctrina de Panamá, cuando cualquier país latino americano, ya sea de Centroamérica, Méjico, del Caribe, o del Cono Sur, se encuentre ante la amenaza de intervención extranjera o de dominación colonial, los demás países latinoamericanos han de prestarle su apoyo. Y cuando digo países, estoy hablando de pueblos, de los valores permanentes de estos pueblos, que van más allá de la presencia transitoria de los gobiernos, y que están por encima de las ideologías, porque son sentimientos que se llevan muy hondo en la mente y el corazón.
Cuando los países latinoamericanos celebramos el sesquicentenario de la batalla de Ayacucho, se reafirmó esa voluntad de ser libres, de ejercer nuestro derecho a estructurar nuestro destino, y allí se reafirmó también la necesidad de que terminaran las presencias coloniales en la América Latina, presencias anacrónicas y absurdas.
Que no se diga, como se ha pretendido aquí, que la Argentina está invadiendo las Islas Malvinas. No puede un Estado invadir su propio suelo. Las islas son suelo argentino, de manera que allí no se puede hablar de invasión, sino de una situación en que Argentina está ejerciendo sus derechos soberanos.
¿Cómo puede el Consejo pedir el retiro de las fuerzas argentinas de las Islas Malvinas, si ese es su propio territorio?
Creo que la Argentina le está haciendo un gran servicio a la América Latina. Insto a los gobernantes, a los dirigentes, a que comprendan que este acto de reivindicación argentina está expresando que ahora sí, hay pueblos maduros que le están diciendo al mundo ¡No más colonización!”. (Fragmento del doc. UN S/PV.2350)
En el plano judicial de nuestro país (uno de los Poderes del Estado), caben citar los fundamentos y las conclusiones a que arribó la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal con relación a los antecedentes, la manera y los motivos relacionados con la agresión británica en el Atlántico Sur. Se explicó entonces, con argumentos lógicos y bien fundados, que frente a la agresión de Gran Bretaña, el acto del 2 de abril había sido llevado a cabo en la “Legítima Defensa” para impedir u obstaculizar la militarización británica de la región.
En la apertura de la audiencia oral y pública (26 de Julio de 1988), el entonces Fiscal de Cámara, Dr. Luis Gabriel Moreno Ocampo expresó: “La Fiscalía acepta expresamente que la conquista de Malvinas fue un acto de legítima defensa, eso aquí no se discute, ni en ningún otro foro internacional se condenó a la Argentina como agresora, menos la Fiscalía estaría dispuesta a decir esto. Por el contrario, la Fiscalía coincide con las defensas, en que fue un acto de legítima defensa”.
La Cámara Federal (jueces Horacio Cattanni, Wagner G. Mitchell, Fernando Archimbal y Juan P.Cortelezzi, al dictar su fallo el 4 de noviembre, expuso: “Ninguna duda cabe que, admitida como está la existencia de la causa de justificación, ningún reproche puede hacérsele al hecho mismo de la guerra. En este sentido, debe advertirse que lo que aquí se juzga no es la licitud o no de una respuesta generada a resultas de la agresión externa, ya que lo que se analiza, es si la respuesta dada fue brindada con la eficacia exigida y posible, o si, por el contrario, existieron decisiones negligentes o imperitas que impidieron el adecuado desarrollo de las acciones”.
Merece párrafo especial la teoría de la Guerra Justa, tanto desde la mirada jurídica, jus ad bellum, con los aportes de Santo Tomás de Aquino, Vitoria, Vattel, Kant, Grotius, como desde la visión política, ad bellum e in bellum, de los pueblos débiles contra los poderosos, de los pueblos oprimidos contra los países opresores, sostenidas por diferentes corrientes de pensamiento. A modo de ilustración de la primera citamos el artículo “Malvinas y la Guerra Justa”, de Alberto Caturelli, en el diario de Doctrina y Jurisprudencia “El Derecho”, de la UCA -Universidad Católica Argentina- , n° 12990 (Bs.As., 7/5/2012. Pág.1). En mérito a la segunda, citamos la obra “La Guerra de Malvinas”, se Santiago Pacheco (Editoria Agora, Bs.As., 2001).
Dice Caturelli en un tramo de su artículo: ”Ya se ve que si trata de reparación de un derecho cierto violado, en el caso de las Malvinas la guerra es esencialmente justa, y de nuestro lado, existe la búsqueda de una justicia vindicativa, de una restitución que le es debida a la patria tanto por derecho natural cuanto positivo”. Y en otra parte manifiesta: “Me llena de satisfacción, tanto moral como intelectual, tener la evidencia total de un hecho casi incomparable y único de este mundo enloquecido de hoy: La Argentina ha reunido y puede invocar todos los títulos legítimos de una guerra justa…”
Por su lado, Pacheco puntualiza en su libro: “La guerra de un país oprimido contra un país opresor, independientemente de quien la inicie, es una guerra justa. La cuestión fundamental para definir el carácter de la guerra no es quien la empieza, ni que la conduzca un general borracho.”… “Nosotros caracterizamos a la Guerra de Malvinas, antes y ahora, como una guerra justa”…“Y no aceptamos eso de que era una guerra hecha por un borracho y que gracias a Tatcher no tenemos la dictadura. Esas cosas no son serias, no puede aceptarlas ningún patriota y ningún revolucionario” (pág. 52). Y en el capítulo denominado “La importancia estratégica” dice: “El origen, las características y las consecuencias que tuvo la Guerra del Atlántico Sur influyeron profundamente sobre la realidad política de la Argentina, de los países latinoamericanos, y de otros países del Tercer Mundo”…”al enemigo le escandalizó el sentimiento patriótico y antiimperialista que se desató con la Guerra de Malvinas. Sentimiento que es posible que a los jóvenes de hoy les sea difícil imaginar, pero que se expresó en movilizaciones impresionantes en el país, y hubo una oleada de solidaridad latinoamericana como no habíamos visto en décadas”(pág. 8).Y en otro párrafo, acota: “O sea que aquél que hoy dice que era todo igual, que simplemente ahí vino la guerra, está ocultando toda la riqueza de lo que pasó, y fundamentalmente, está ocultando todas las luchas importantes del pueblo argentino” (pág. 27). Así toma más fuerza aún lo que manifiesta en otra parte: “Y el segundo elemento fue que hubo quienes combatieron heroicamente en Malvinas. Se ha difundido esa visión reaccionaria que habla de los ‘chicos de la guerra’, tratando de ocultar que allí hubo quienes combatieron con un profundo sentimiento nacional, hubo Héroes en Malvinas, no chicos”…”esas cosas no se pueden hacer por ‘disciplina’, sino que están basadas en un sentimiento patriótico. Podemos decir actitud nacional, podemos decir actitud patriótica…” (pág. 44).
Luego del 14 de junio de 1982, comienza a instalarse en nuestro país el proceso conocido como “desmalvinización”, con el principal objetivo de borrar del colectivo de la Nación Argentina todo intento de enfrentar al poderoso, menoscabando el esfuerzo realizado, a más de crear un estado de victimización en sus participantes, alejándolos de su propia estima, y tendiendo temerariamente los puentes hacia las drásticas decisiones de vida con las que algunos de ellos colapsaron. Inclusive, un politólogo extranjero, el francés Alain Rouquié, pontificó en propio suelo argentino que había que desmalvinizar la vida argentina, otorgándole a ello suma importancia. (Cf.“Malvinas: La otra mirada”, Pestanha-Azpiri-Oliva-Trejo-Hüdepohl, Corporación Buenos Aires Sur, 2007). Esa salvaje desmalvinización se ejerce tanto por acciones puntuales, como por hechos sibilinos de fino minado socio-psicológico erosivo de la conciencia y la voluntad reivindicativa del pueblo argentino.
En momentos aciagos de las naciones, de la soberanía y el suelo patrio, han resonado diversos pensamientos directrices y comprometidos con la acción a desarrollar en su defensa. Sería largo de exponer aquí a tantos, pero a modo de ejemplo representativo, citaremos a dos:
-En la América Central un patriota nicaragüense, que comandó la resistencia contra la ocupación de su país por Estados Unidos de 1927 a 1933, afirmaba: “La Soberanía no se discute, se defiende con las armas” (General Augusto Sandino).
-Don Santiago de Liniers, elegido su conductor por el pueblo de Buenos Aires en las aciagas jornadas de 1806 y 1807 de la Reconquista y la Defensa durante las invasiones inglesas del Plata, le decía a las fuerzas que estaba reorganizando: “Uno de los deberes sagrados del hombre es la defensa de la Patria que lo alimenta” (9 de septiembre de 1806).
Por todo ello, en nuestro Centro de Veteranos:
- Reivindicamos y defendemos la Causa de Malvinas en todo su contenido.
- Denunciamos al Reino Unido como el autor del primer movimiento bélico en el Atlántico Sur, realizado el 21 de Marzo de 1982, desde las Islas Malvinas a las Islas Georgias, con un buque de la Corona portando “marines” armados y helicóptero con misiles, para desalojar a unos operarios argentinos en cumplimiento de un contrato laboral, que llevó a priorizar de urgencia la operación de recuperación denominada Rosario, y luego a enfrentar la guerra aero-marítima-terrestre que nos planteo Gran Bretaña con el bombardeo del 1° de mayo a Puerto Argentino, y el hundimiento del crucero General Belgrano el 2 de mayo.
- Reivindicamos y defendemos la Gesta de Recuperación del ejercicio pleno de la Soberanía del 2 de Abril de 1982.
- Sostenemos, acorde a prestigiosos juristas y pensadores, (Cf. Dr. Camilo Rodriguez Berrutti), sobre la legítima “respuesta diferida” a la usurpación del 3 de enero de 1833, llevada a cabo el 2 de abril de 1982. Recordamos que a mediados de aquél mismo enero de 1833 conocido en Buenos Aires el acto ilegítimo, el Almirante Guillermo Brown se ofreció para la inmediata recuperación, siendo desechado su ofrecimiento por la conducción política de entonces. (Alte. Lauro H. Destefani “The Malvinas, the South Georgias and the South Sandwich Islands, the conflict with Britain”, Edipress, Bs.As., 1982, pág 90).
- Reivindicamos la Defensa del ejercicio pleno de la soberanía ante la agresión bélica total desatada sobre nuestros archipiélagos con el bombardeo de Puerto Argentino en la madrugada del 1° de mayo de 1982.
- Reivindicamos y sostenemos la Justa Causa y la Legítima Defensa que nos llevó a enfrentarnos militarmente con el usurpador e invasor, honrando la tradición y el legado de nuestros mayores, y el espíritu de lucha contra el crimen colonial, declarado como tal en resolución de Naciones Unidas AG 2621/70, y en su carácter de “delicta juris gentium”. Lo que lleva a acompañar la manifestación de que al vicio inicial de violencia, el Reino Unido ha agregado la mácula infame del crimen colonial.
- Rechazamos la falacia inserta en todas las declaraciones del Reino Unido que manifiestan “No tenemos dudas de la soberanía británica sobre las Islas”, por cuanto lo verosímil de las mismas está refutado por los propios documentos del usurpador (p./e. G.Fitzmaurice, 1936; G. de Bernardh, 1910; A.Eden, 1936; D.de Wellington, 1829; R.Campbell, 1911; W.Beckett, 1946; M.Robertson 1927; P.Beck, 1982; T.Daylell, 1982; J.Field, 1928; J.Goebel, 1927; Lord Trefgarne, 1982; J.Troubeck, 1936; Boletín Británico de los Servicios de Información R(DFS)4146/66), que llevaron a uno de ellos a recomendar: “sentarse fuerte sobre las Islas y evitar hablar con los argentinos, porque no podríamos sostener nuestros argumentos ante un tribunal “(Gerard Fitzmaurice). Y hacemos este importante rechazo porque montada en aquella falacia que exponían ante la comunidad internacional la por entonces Primer Ministro Margaret Tatcher y su Ministro Pym, sin estima por el propio decoro (Dr. C.R.Berrutti, dixit), lanzaron en 1982 su agresión armada contra la República Argentina en el Atlántico Sur. Siendo necesario recordar, además, que según Resolución UN 3314 (1974) la agresión es un “crimen contra la paz internacional”, y según su art. 5, ap.2, “la agresión origina responsabilidad internacional”.
- Rechazamos esa nueva aventura colonialista imperial del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en el Atlántico Sur, apoyada por los EE.UU. de Norte América, la Organización del Atlántico Norte, con la complicidad de la por entonces Comunidad Económica Europea (hoy Unión Europea).
- Rechazamos la nueva usurpación gestada con el cese del fuego del 14 de Junio de 1982 en la batalla de Puerto Argentino.
- Rechazamos la claudicación de lucha inserta en los Acuerdos de Madrid y Londres de 1989 y 1990, constituidos en un nuevo “diktat” del Versalles de 1919, de los que reclamamos enérgicamente su denuncia y consiguiente caducidad.
- Denunciamos la facilitación a la potencia usurpante, llevada a cabo desde el Congreso de la Nación con el dictado en 1992 de la Ley 24.184 de Garantía a las Inversiones Británicas, de la que reclamamos enérgicamente su derogación.
- Rechazamos la pretensión británica de constituirse en “Estado Ribereño” en esta parte del Atlántico Sur Occidental, y todas sus presentaciones ante la Comisión de Límites de la Conferencia de Derechos del Mar de Naciones Unidas .
- Rechazamos su pretendido “Sector Antártico Británico”, que se superpone a los sectores argentino y chileno, usando como trampolín su invasión militar de las Islas Malvinas, San Pedro (Georgias) y Santiago (Sandwich).
- Rechazamos la usurpación de nuestros recursos económicos de las aguas supra-yacentes (pesca) y del lecho de la plataforma continental (hidrocarburos, y la proyectada rapiña de los nódulos polimetálicos estratégicos). Con tal fin recordamos expresamente la Resolución 11 del 3 de febrero de 1987 del Comité Jurídico Interamericano relativo al tema, pronunciamiento que fue hecho suyo por la Cámara de Diputados de la Nación el 13 de mayo de 1987.
- Rechazamos la inclusión de Malvinas, Georgias, Sandwich y Antártida en la pretendida Asociación de Territorios de Ultramar de la Unión Europea, reglamentada por Resolución de la Comisión Europea de Noviembre de 2000, e incluida últimamente en el Tratado de Lisboa del 2007.
- Rechazamos la manipulación de una pretendida autodeterminación de los actuales habitantes de las Islas Malvinas, hecho a contra natura del pensamiento internacional (volcado en Resolución de UN AG 1514) y que pretende perpetuar la invasión militar que sufre nuestro país, con el consiguiente quebrantamiento territorial.
- Reivindicamos la Declaración de Río de Janeiro del 16 de Enero de 1976 del Comité Jurídico Interamericano (OEA), muestra del pensamiento jurídico de nuestro continente.
- Rechazamos el proceso denominado de “desmalvinización”, y recomendado y abiertamente expresado aplicar en nuestro país por determinados personeros extranjeros. Mensajes desmalvinizadores sostenidos por numerosos medios de comunicación de diversos orígenes, y por diversos comunicadores sociales, al que lamentablemente se hacen eco otros estratos de la población argentina, denigrando la justa acción de 1982.
Por todo ello, pusimos a disposición de la Patria nuestras vidas.
Por todo ello la clase trabajadora argentina ofreció su sangre en Malvinas.
Por todo ello seguimos luchando.
CENTRO DE CIVILES VETERANOS DE GUERRA “OPERATIVO MALVINAS”.
Buenos Aires
30° Aniversario de la Guerra Nacional de Malvinas, 1982-2012.