Discurso del Presidente del Centro de Civiles, el VGM Ing. Alberto Gaffuri
Estamos aquí reunidos, frente a este Cenotafio, para rendir un justo homenaje a todos aquellos hombres, que cayeron durante la lucha por la recuperación de nuestras Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur y para realizar un desagravio al vandálico ataque que manos anónimas produjeron en este sagrado lugar que recuerda a nuestros héroes. Lamentablemente este no fue un hecho aislado; parece ser que se han ensañado con los héroes civiles, también fue atacado en Bahía Blanca, el monumento recordatorio a nuestro caído en el pesquero “Narwal”, Omar Rupp. No debemos olvidar que un monumento en homenaje a los caídos civiles ya había sido víctima de un atentado en la localidad de Lanús donde fue mutilada la estatua en honor del héroe caído en el transporte “Islas de los Estados”: Manuel Olveira. Quizás, tal cual lo expresáramos en nuestro documento, será este el precio a pagar por defender consecuentemente la causa de la soberanía nacional. Sepan que las 649 muertes no fueron en vano. Que están siempre presentes en nuestro corazón y que el usurpador y sus cómplices jamás podrán descansar tranquilo, porque nunca abandonaremos nuestra férrea determinación de seguir bregando por su restitución al patrimonio nacional, porque la ellos lucharon y murieron.
Específicamente, en lo que a la intervención que le cupo a los buques de la Marina Mercante durante el Conflicto de Malvinas, podríamos sintetizarla en cuatro tipo de misiones:
- Abastecimiento logístico a los buques de la Flota de mar y a las Islas Malvinas
- Inteligencia en altamar, dentro y fuera de la Zona de Exclusión
- Transporte de pertrechos a puertos patagónico desde el Río de la Plata
- Control de tráfico marítimo en el Río de la Plata y repatriación de personal
Para el cumplimiento de estas misiones, fueron empleados los servicios de unos 50 barcos: 5 de Transportes Navales de la Armada; 21 de ELMA; 1 de una empresa privada; 6 buques tanque de YPF; 1 de YCF, 15 pesqueros de altura y 1 barco de la Escuela Nacional de Náutica
Hoy, quiero remitirme a conmemorar una de las tantas hazañas que protagonizaron nuestros hombres de mar durante la Gesta, especialmente la de dos de sus buques: el pesquero el “Narwal” y el transporte “Isla de los Estados”, en la sus tripulantes, que, sin distinción de jerarquías, ni reparo alguno, dieron su SI cuando la Patria reclamó de sus servicios.
Todo comienza un 23 de abril cuando, concluidas las reparaciones mínimas exigidas por la Prefectura Naval, bajo el mando del Capitán de Ultramar, Néstor Leonardo Fabiano y de su Capitán de Pesca Asterio Wagata, prestos partieron de Mar del Plata, con rumbo sudeste, donde en poco tiempo más, se integrarían de lleno al Grupo de tareas en la Zona de Operaciones, junto a los pesqueros “María Alejandra” y “Constanza”. También se encontraba a bordo, el capitán de Corbeta, Juan Carlos González Llanos, quien fuera designado como Coordinador Naval, por el Comando de Operaciones Navales, con instrucciones de prestar humanitaria y patriótica colaboración ante eventuales tareas de búsqueda y rescate de pilotos argentinos eyectados de sus aviones, que resultaren derribados por el fuego enemigo, como así también la de efectuar tareas de inteligencia, mediante la observación, recopilación y transmisión de información, sobre la ubicación, cantidad y características de los buques que conformaban la poderosa Flota inglesa que desafiante, se acercaba a la “Zona de Exclusión”, unilateral e ilegítimamente establecida.
El “Narwal” tuvo la suerte de descubrir al grueso de la flota, reabasteciéndose en altamar. Tal acción, no pasaría inadvertida por el enemigo, quien, en una clara demostración de fuerza, enviaría primeramente a la Fragata “Alacrity”, para procurar su alejamiento con disparos de aviso, pero lejos de amedrentarse continuó con su penetración en la “Zona de Exclusión”. En la noche del 8 de mayo, son enceguecidos por una potente luz de un submarino inglés que los intima a alejarse de la zona. En la madrugada del día siguiente, estando a unas 66 millas de las Islas, mientras su operador de radio estaba pasando información al portaviones “25 de Mayo” sobre el avistaje de un movimiento importante de la flota enemiga, son atacados sin piedad por dos aviones Sea Harrier, provocando serios daños en el Puente de mando y en la Sala de Máquinas, quedando al garete, por falta de propulsión y de timón. Como consecuencia de esta “vil hazaña”, resultan heridos de distinta consideración 13 de sus 24 tripulantes. Su contramaestre. Dn Omar Roberto Rupp, es el lleva la peor parte, al ser herido gravemente en sus piernas. No obstante los esfuerzos prodigados por contenerle la hemorragia, el infortunado marino fallecería poco después.
Mientras algunos tripulantes trataban de acomodar en la balsa que les quedaba, a los heridos más graves, son insensatamente ametrallados, por los aviones ingleses, produciendo su rápido hundimiento. Terminado el ataque y sin mediar respiro, son capturados y tomados prisioneros por unos 15 comandos que descendieron de tres helicópteros Sea King. A todo esto, el pesquero, que había sido requisado y capturado, mientras era remolcado, seriamente averiado, se hundía en las frías aguas australes.
Ya en el portaviones, son alojados en la sala destinada a celebraciones litúrgicas, ubicada en la 7ma. Cubierta, donde el 10 de mayo, el sacerdote anglicano oficiaría las exequias de Omar Rupp, luego del cual, su cuerpo sería arrojado al mar envuelto en la bandera argentina, acompañado por un estentóreo ¡VIVA LA PATRIA! prodigado por quienes fueran sus compañeros. A los pocos días, son reembarcados al barco ambulancia “Hecla”, que los lleva a Montevideo, donde finalmente serán recibidos por el Aviso “Piloto Alsina”, llegando a Buenos Aires el 1º de junio.”
Mencionamos antes a la Fragata “Alacraty”; esta misma unidad, la noche del 10 de mayo, ataco impunemente al transporte “Islas de los Estados” en el estrecho de San Carlos, luego de que ese buque recibiera del mercante “Río Carcaraña” una cohetera destinada a la defensa de las islas, luego del artero ataque se retiró del lugar rápidamente sin cumplir con los códigos de los marinos, sin intentar rescatar a los náufragos, los cuales a excepción de cuatro perecieron en esas heladas aguas, luego dos más sucumbirían, solo sobrevivieron dos tripulantes. Estamos hablando de civiles, de marinos mercantes, solo para que se entienda, de buques desarmados, que bien podían haber sido apresados sin causar víctimas innecesarias; 18 fueron civiles caídos que hoy integran la lista de los 649 patriotas que ofrecieron su vida cumpliendo con el mandato constitucional de defender a la patria.
Desde el discurso oficial, se nos dice, permanentemente, que debemos ser un “país previsible”, nos preguntamos, ¿previsibles como los británicos?
¿Cómo cuando atacaron el Crucero Gral. Belgrano con intención de causar la mayor cantidad de víctimas posibles?
¿Cómo cuando atacaron a un pesquero indefenso?
¿Cómo cuando hundieron un buque mercante que podían haber apresado?
O para mencionar hechos más actuales, ¿previsibles como las tropas inglesas destacadas en Irak, que asesinan civiles por el solo hecho de resistirse a la ocupación de su país? Reflexionemos.
Compañeros veteranos, amigos: hace ya 28 años, durante poco más de dos meses, nuestro Pabellón Nacional volvió a flamear radiante en esa lejanas y tan queridas islas, cesando en ese lapso, la usurpación británica consumada en 1833. Hoy en día, el Reino Unido de Gran Bretaña, apoyado en su perspicaz maquinaria militar, persiste todavía en seguir manteniendo una anacrónica política colonial, ignorando los legítimos e irrefutables derechos argentinos de soberanía, desoyendo las resoluciones de las Naciones Unidas que la obligan a establecer un diálogo, para tratar el tema de la soberanía sobre estos extensos territorios marítimos.
Las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, no podrán ser recuperadas, hasta tanto nuestro país, pueda ostentar un poder económico y militar que merezca respeto. Nuestra política exterior, debe nutrirse de las enseñanzas de la historia y comprender que el usurpador, nunca ha resignado una posesión colonial sin la presión del poder, como en el caso de la ex colonia inglesa de Hong Kong, que fuera recobrada por China. Para intentar recuperar el territorio arrebatado, la Argentina deberá fortalecerse. Solo entonces, nuestros reclamos serán escuchados. Solo así estaremos hablando el mismo idioma del oponente…
Para finalizar, quisiera dejarles esta reflexión:
Sólo con la afirmación de un destino claro de grandeza y con gran protagonismo regional, podremos llegar a ser lo suficientemente sólidos como para lograr el respaldo de la comunidad internacional, respecto a la restitución plena de nuestros derechos soberanos sobre las Islas