Ayer nomas, festejábamos masivamente el brillante triunfo del seleccionado argentino ante el equipo de futbol italiano en el estadio de Wembley, en Londres, capital del Reino Unido.
Fue, sin lugar a dudas, un día de fiesta, de alegría compartida; sólo uno, desgraciadamente, para un pueblo luchador y sufrido como el nuestro, que viene padeciendo las calamidades de una pandemia, los trastornos propios de una guerra que pone en peligro la paz en todo el mundo y que hundirá irremediablemente en la hambruna, en medio de una crisis económica profunda, a una parte importante de la población mundial.
Algunos pensarán que el triunfo futbolístico argentino y su festejo se trata de un hecho puramente trivial y anecdótico que en nada se relaciona, que, aparentemente, nada tiene que ver con la causa nacional que nos une: la causa patriótica y antiimperialista del 2 de abril y de la gesta de Malvinas.
Quienes piensan así se equivocan totalmente, por una sencilla razón: hay que saber escuchar al pueblo y para ello, en primer lugar, hay que saber conectar con los sentimientos más profundos que lo caracteriza.
¿Por qué decimos esto? Porque en cada una de esas expresiones masivas anida un contenido de fondo que es preciso desentrañar y que va más allá de un mero hecho circunstancial al que está ligado. Por eso nos emocionamos cuando el público argentino y latinoamericano presente en el lugar, y el propio seleccionado argentino, una vez terminado el partido, luego del triunfo en el estadio de Londres, cantaba el desafiante:
¡EL QUE NO SALTA ES UN INGLÉS!
Luego vimos y escuchamos como los muchachos del seleccionado, en el micro que los transportaban, daban a conocer el nuevo cántico del equipo argentino, un cántico que, desde el principio, lo dice todo
«En Argentina nací, tierra de Diego y Lionel, de los pibes de Malvinas que jamás olvidaré…»
Más allá de las formas, se expresa y se vivencia el profundo reconocimiento a nuestros VGM que están estrechamente unidos al corazón, a los sentimientos de nuestro pueblo.
Estos hechos nos llenan de orgullo y una vez más nos alienta en el compromiso de honor que tenemos con ese pueblo y, en particular, con nuestros queridos 649 héroes caídos, cuyo recuerdo nos mantienen firmemente aferrado a nuestra memoria patriótica.
Estos hechos, esta actitud, en la voz del pueblo, son también un símbolo inequívoco y representa el profundo fracaso de los enemigos externos y de los lacayos nativos a su servicio que predicaron y predican incesantemente las distintas formas que asumió y asume, a lo largo de 40 años, la nefasta política desmalvinizadora, la pésima política de estado que sobrevive aún.
Creo que podemos afirmar que fracasaron rotundamente, y volverán a fracasar una y otra vez:
Los predicadores del olvido, aquellos que quisieron ocultar a nuestros héroes o que pretenden desgajar el 2 de Abril, el glorioso día en que se recuperó nuestro territorio austral, de quienes fueron los protagonistas directos de esa gesta; ni que hablar de aquellos que pretenden, en nombre de una supuesta confraternidad, que nos abrasemos a los asesinos de nuestros héroes, a los ingleses y sus servidores, a esos que fueron el instrumento de la ambición sangrienta del imperio, a los que nos impusieron la guerra para así volver a usurparnos nuestra “hermanita perdida” e instalar en ella una base militar de la OTAN, la más importante del hemisferio sur, una amenaza permanente a nuestro territorio continental y a toda Sudamérica.
Los verdaderos patriotas, mientras tengamos un hálito de vida, no bajaremos nunca los brazos. Seguiremos vibrando de emoción cuando en la voz del pueblo se siga reivindicando a nuestros queridos veteranos de guerra, el día en que nos atrevimos a recuperar lo que es nuestro: ese glorioso 2 de Abril, cuando desafiando el orden mundial constituido, rompimos con lo que nos quieren imponer, ayer y hoy, la pasividad ante la indignidad de la sumisión nacional.
La causa nacional de Malvinas está más viva que nunca aunque nos quieran hacer creer lo contrario vibra y se manifiesta indómita en el corazón de nuestro pueblo.
¡Viva la Gesta Patriótica de Malvinas!
¡Vivan nuestros héroes!
¡Viva la Patria!
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