El 2 de abril a las 12:30 se realizó en el cenotafio de la Plaza San Martin en CABA el acto por el 30 aniversario de la Gesta De Malvinas. Uno de los oradores del mismo fue Santiago Tettamanzi cuyo discurso reproducimos.
Compatriotas
Nuevamente nos reunimos frente a estas lajas que guardan estos 649 nombres.
Numéricamente su pertenencia es la siguiente: Cuadros de Oficiales, Suboficiales y Marinería, de las Fuerzas Armadas, 334; Soldados Conscriptos, 288; Cuadros de las Fuerzas de Fronteras, 9; y Civiles Voluntarios, 18, de los cuales 16 son Marinos Mercantes.
Esas serían, como ya hemos mencionado en otra oportunidad, las frías cifras estadísticas.
Podríamos ahondar más en ellas, como por ejemplo, sus lugares de nacimiento y sus edades.
Sería como caminar entre lajas de un cementerio, viendo nombres, fechas; con respeto, en silencio, tratando de no perturbar ese descanso eterno.
Hay quienes, desde diversas perspectivas, y desde diversas responsabilidades, -conductivas, de información, de opinión intelectual-, desean que eso quede así, separando y aislando los hechos por los cuáles estos Caídos trascienden hacia la memoria Patria.
Y esa separación implicaría la no existencia de un “nosotros” unidos en esos hechos.
Inclusive, profundizaría divisiones en el pensar unido de ese “nosotros”.
Pero no, no es así; no puede, no debe, y no ha de ser así.
Este es el Cenotafio de los Caídos en la Gesta de Malvinas, iniciada el 2 de Abril de 1982, con la recuperación del ejercicio pleno de la soberanía nacional, sobre el espacio terrestre, marítimo y aéreo de los archipiélagos argentinos del Atlántico Sur.
Gesta que se halla incorporada a la Causa de Malvinas, que histórica y jurídicamente, ya lleva más de 500 años, en la cual la recuperación del 2 de abril de 1982 es una etapa más en la línea de tiempo de esa Causa, como lo son la etapa del descubrimiento, o de la posesión española, o de la posesión argentina, o de la usurpación inglesa de 1833, o la de los reclamos bilaterales ante el usurpador, o la de los reclamos en los foros internacionales.
Y por ello, estos nombres son nuestros 649 Héroes de Malvinas, son nuestros familiares, son nuestros amigos, son nuestros camaradas, son nuestra parte de la Patria, aunque la mayoría del pueblo nunca los haya tratado personalmente.
Cada uno de estos nombres está intensa y estrechamente ligado a ese “ acto de legítima defensa diferida” -según nos ilustra el catedrático Dr. Camilo Rodriguez Berrutti- .
Al punto tal que, no hay Héroes Nacionales de Malvinas sin la justa recuperación en ese 2 de Abril de 1982. Lo contrario sería un absurdo, un sinsentido, o una falacia.
Son Nuestros Héroes y es Nuestra recuperación del ejercicio pleno de la soberanía, más allá del carácter de quien o quienes tomaron la decisión, hecho éste apendicular cuando están de por medio los intereses supremos de la Nación frente a un poder exterior. Siendo el mismo pueblo, con su actitud, el encargado de aceptar o no ese acto; por eso fue un acto de todo el pueblo argentino.
Por eso hubo decenas de miles de voluntarios.
Compréndase bien, son nuestros Héroes Nacionales de Malvinas, son nuestros Caídos por nuestras Islas recuperadas, son el “nosotros”, a que nos referíamos anteriormente, y no el divorcio que se nos pretende imponer con el relato del 2 de abril como un “hecho” ajeno al sentir del pueblo.
Ese hecho jamás será un “hecho” ajeno al pueblo.
Sostener lo contrario es aceptar el “caballito de batalla” con el que el Reino Unido trataba de justificar ante el mundo su neo-aventura imperio-colonial de 1982 del Atlántico Sur. Es celebrar un triunfo invasor en el cese del fuego del 14 de Junio de la batalla de Puerto Argentino.
El 2 de Abril de 1982, como uno de los elementos representativos de la Causa de Malvinas, está definitivamente unido a la Historia de nuestra Patria.
Por ello, resultó doloroso para muchos de los que hoy estamos aquí, que en plena celebración del Bicentenario de la Patria, a las 9 de la noche de aquél 24 de mayo del 2010, éste lugar estuviera con las rejas cerradas, con candado, a oscuras, sin guardia de honor, sin la bandera de Belgrano, sin las luces azules y blancas que adornaban los edificios de la ciudad, más aún cuando la torre de la plaza de enfrente, conocida como la Torre de los Ingleses, lucía iluminada a pleno.
Era la confirmación de la más cruda desmalvinización.
Compatriotas, recordemos a todos los participantes de la operación del día 2 de abril de 1982. Cada uno de ellos, cualesquiera haya sido su función, marcó para siempre en el ámbito internacional que el crimen colonial no es impune, que la lucha por la integridad territorial es una lucha justa de todos los pueblos.
Y para finalizar, permítasenos traer a la memoria un hecho relatado por un filósofo del siglo XVI, el francés de Montaigne, quien cita que un jefe guerrero herido de muerte pide a su ayudante que lo apoye contra un árbol de cara a sus enemigos, para agonizar viéndolos, y para que aquellos, a su vez, lo vean, aunque vencido, morir de pie y de frente a ellos.
También relata este autor en sus escritos, al recoger testimonios sobre nuestro Continente, que los indígenas de América en sus batallas llevaban al frente los cuerpos de sus muertos de anteriores combates, para así poder recibir de ellos, sus Héroes, el ímpetu y el valor en la lucha.
Camaradas Veteranos, Compatriotas:
En este trigésimo aniversario del 2 de Abril de 1982, ¡Honor a nuestros Héroes!, ¡Honor a los Caídos en la Recuperación y la Defensa de nuestras Islas australes!